![pro](https://proyectoeducere.wordpress.com/wp-content/uploads/2015/02/red-haired-baby-boy.jpg?w=480&h=320)
La Educación Infantil es la primera etapa educativa no obligatoria y de carácter voluntario que atiende a niños y niñas desde su nacimiento hasta que empiezan la Educación Primaria.
En España, esta etapa se divide en dos ciclos: el primer ciclo comprende desde el nacimiento hasta los 3 años, el segundo ciclo comprende desde los 3 hasta los 6 años.
La finalidad de la Educación Infantil es contribuir al desarrollo físico, intelectual, y afectivo-social de los niños y niñas.
Desde hace un tiempo, en algunos centros educativos se realizan exámenes trimestrales y finales en este segundo ciclo de la etapa Infantil, es decir, a los niños y niñas de edades entre los 3 a los 6 años.
Pero, ¿deben los niños realizar exámenes o esto desafía el sentido común?
Durante los exámenes, estos niños de tan corta edad deben permanecer sentados durante largos períodos de tiempo realizando pruebas de todo tipo: matemáticas, de Inglés,…
Además, si buscamos que los datos de las pruebas sean objetivos y fiables, tendremos que evitar que el niño o niña copie las respuestas de sus compañeros y explicarle por qué no debe hacerlo. ¡Tarea, cuando menos, imposible!
![Niño triste](https://i0.wp.com/www.publicdomainpictures.net/pictures/60000/nahled/sad-child-1380992376r5a.jpg)
Resumiendo: El niño debe permanecer sentado durante largo tiempo, realizando una tarea que no se le presenta nada divertida, sin hablar con sus compañeros ni mirar lo que estos hacen, y sin saber por qué tiene que hacer todo esto.
En la encrucijada: En el año 2011, el estado norteamericano de Florida aprobaba una ley que requería la administración de 7 o más exámenes a todos los estudiantes durante el curso académico, incluidos a los de la etapa Infantil. Los resultados de los exámenes afectaban a la evaluación pero también a la remuneración del profesorado.
Lograr todo esto sería obra de un milagro. De llevar a cabo este empeño, esas pruebas difícilmente serán objetivas y fiables. Entonces, ¿qué sentido tiene?
Los exámenes ya gustan poco de por sí al alumnado y al profesorado. Realizarlos en estas edades se antoja innecesario, molesto y una pérdida de tiempo.
El aprendizaje a estas edades debe tener un carácter lúdico: jugar, cantar, dibujar, explorar, relacionarse con los otros niños y niñas; o sea, crear un ambiente enriquecedor donde aprender sea divertido.
![Niña en la diapositiva](https://i0.wp.com/www.publicdomainpictures.net/pictures/20000/nahled/girl-on-slide-11291743884BYp.jpg)
Los centros de Educación Infantil fueron creados a finales del siglo XVIII en Alemania para atender a los niños cuyos padres trabajaban fuera de casa. Estos centros se crearon bajo el nombre de ‘jardín de infancia’, término acuñado por Friedrich Fröbel, cuyo enfoque pedagógico ha influenciado a la educación temprana durante años en todas partes del mundo. Pero el concepto de Fröbel no implicaba exámenes de ningún tipo, sino que apostaba por el autoaprendizaje y por dejar que los niños siguieran sus propios intereses, dándoles la oportunidad de explorar libremente.
La obsesión con las pruebas estandarizadas terminará destruyendo los cimientos sobre los que la Educación debe ser construida.
![Niño de escalada](https://i0.wp.com/www.publicdomainpictures.net/pictures/20000/nahled/child-climbing.jpg)
La Educación Infantil debe contribuir al desarrollo de las capacidades y habilidades de los niños y niñas a través de actividades y experiencias lúdicas que tengan interés para ellos. Los exámenes se oponen totalmente a esta visión.